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sábado, 25 de septiembre de 2010

sábado, 13 de marzo de 2010

Los Mandamientos del Abogado




Los mandamientos del Abogado

Por Óscar Castillo Guido

EL EJERCICIO PROFESIONAL DEL ABOGADO, se somete a las disposiciones de la Ley del Notariado y por los demás normas de orden procesal y orgánica del Sistema de Justicia nicaragüense, asi como por las reglas de conducta de la Ética Profesional del Abogado. Se somete, además, al cumplimiento de las normas de la Deontología Profesional de la Abogacía y de los Reglamentos Internos de los Colegios, Barra y Asociaciones de Abogados. Estas ultimas, a pesar de no existir la colegiación obligatoria.


El Decálogo del Abogado, enmarca un conjunto de principios, valores y virtudes fundamentales que pretenden concienciar, guiar, dar pautas, enaltecer y distinguir la profesión del Abogado. Las exigencias de la libertad, la protección de los derechos humanos y la justicia social se instituyen en los fines primordiales de la Abogacía.

En estos tiempos es casi imposible pensar que algún Abogado no tenga en su despacho o por lo menos haya escuchado o leído cuales son los mandamientos básicos que enaltecen su función.

Los Mandamientos del Abogado, propugnados por Eduardo J. Couture, engloban un cúmulo de postulados que pretenden de alguna manera tutelar, enfocar, y definir la verdadera labor y expresión de la abogacía, encuadrada en el camino del bien y la virtud.

Estudia.

El Derecho se transforma constantemente. Si no sigues sus pasos serás cada día un poco menos Abogado.

La Abogacía implica una constante y perpetuo aprendizaje que demanda del Abogado un profundo sacrificio en beneficio de la sociedad.


La profesión del Derecho y sus formas de ejecución están en constante cambio, a medida que pasa el tiempo las necesidades y requerimientos de la sociedad aumentan incesantemente; esto exige que el Abogado se mantenga al tanto de los cambios, reformas o avances de las normas legales.

Piensa.

El Derecho se aprende estudiando, pero se ejerce pensando.


Las actuaciones del Abogado en el desarrollo del proceso escrito como oral, vienen a constituirse en importantes designios cuidadosamente pensados, redactados y plasmados en las fojas de un pleito judicial.

El Abogado al momento de transformar el drama humano en un escrito puesto a escena, pone a funcionar su imaginación y elabora pensamientos que al mismo tiempo requieren de inteligencia, intuición, sensibilidad y acción; aplicados a la lógica y experiencia humana.

Trabaja.

La Abogacía es una ardua fatiga puesta al servicio de la Justicia.

El Abogado ejecuta su trabajo de diversas maneras, por ejemplo: en un gran porcentaje pronuncia consejos y orientaciones en asuntos de familia, previene sobre futuros problemas legales, asesora en materia de negocios, emite opiniones sobre diferentes temas, etc.


El trabajo del abogado al servicio de la colectividad se refleja en los tramites, gestiones, papeleos y asuntos legales de jurisdicción voluntaria que debe cumplir sin necesidad de que exista un conflicto de por medio. Representa a su cliente en las diversas dificultades que pueden presentarse en un proceso legal, lo que le demanda un trabajo intenso, inteligente y perseverante. En muchas ocasiones asume la defensa de casos difíciles, aparentemente perdidos, que deben sostenerse por meses o por años y que exigen un gran esfuerzo físico e intelectual.

Lucha.

Tu deber es luchar por el Derecho, pero el día en que encuentres en conflicto el Derecho con la Justicia, lucha por la Justicia.

Una de las principales misiones del Abogado, es luchar por lo que el Derecho plantea diariamente. Los procesos legales pueden ser justos o injustos, es aquí donde recae el objeto de la defensa, en provocar una eficiente y eficaz lucha por obtener la victoria.
Es evidente que el derecho no es un fin, es tan sólo un medio para alcanzar la Justicia, por lo tanto el Abogado aplicará todos los medios necesarios por asegurar una justa defensa a favor de su cliente.

Sé leal.

Leal con tu cliente al que no debes abandonar hasta que comprendas que es indigno de ti. Leal para con el adversario aún cuando él sea desleal contigo. Leal para con el Juez que ignora los hechos y debe de confiar en lo que dices y en cuanto al Derecho, alguna que otra vez debe de confiar en lo que le invocas.

El Abogado debe emplear la lógica al servicio de una teoría que hay que defender, sus argumentos deben enmarcarse en las posibilidades y las realidades del hecho.
Su lealtad es una reciprocidad hacia su defendido, el sentido del servicio, la verdad y la buena fe deben perdurar en aras de un buen entendimiento, es necesario que exista confianza para que sus actuaciones se enmarquen en el pleno derecho y la justicia social. La lealtad implica legalidad, y esta debe ser la consecución hacia todo fin.

Tolera.

Tolera la verdad ajena en la misma medida en que quieres que sea tolerada la tuya.

La tolerancia involucra al respeto, la cortesía, la sutileza, la eficacia, la educación y la inteligencia para aceptar y escuchar las opiniones que puedan venir de otras personas.
En un pleito nadie tiene la razón hasta que se emita la sentencia, sin embargo el respeto que se debe al prójimo es necesario y evidente en el desarrollo de un proceso legal.

Ten paciencia.

El tiempo se venga de las cosas que se hacen sin su colaboración


La paciencia es una de las virtudes más preponderantes que debe tomar en cuenta el profesional del Derecho para su eficaz desempeño. El Abogado debe desarrollar la paciencia para escuchar los problemas que su cliente puede plantear con la misma importancia y el respeto que se merece; debe ser constante para encontrar la solución adecuada a un conflicto; en todo momento le corresponde expandir su paciencia, lealtad y tolerancia para soportar al adversario; finalmente debe ser tenaz para esperar con entereza la resolución de una sentencia sea esta favorable o adversa a sus intereses, sin importar el tiempo que requiera esta decisión.

Ten fe.

Ten fe en el Derecho como el mejor instrumento para la convivencia humana; en la Justicia como destino natural del Derecho; en la Paz como sustitutivo bondadoso de la Justicia; y sobre todo, ten fe en la Libertad sin la cual no hay Derecho. Ni justicia, ni paz.

En su condición el Abogado, debe mantener siempre la fe en el Derecho, no existe en el mundo otro mecanismo o instrumento que asegure una correcta convivencia social.
La Justicia es el medio para alcanzar la paz, permite la equidad y otorga a cada uno lo que le pertenece, denota un ordenamiento jurídico establecido que pretende organizar y poner en orden un determinado acontecimiento u hecho.


La paz le permite al hombre encontrar la tranquilidad, el orden y la buena correspondencia, estimula a rechazar lo material para asegurar la dignidad, la convivencia y la buena comunicación entre las personas.


La libertad es una facultad inherente al hombre que le permite obrar, decidir o actuar en determinada forma con sujeción a las leyes y buenas costumbres, implica también someterse al cumplimiento de ciertas obligaciones y deberes. Sin libertad no hay derecho, ni justicia, ni paz.

Olvida.

La abogacía es una lucha de pasiones. Si en cada batalla fueras llenando tu alma de rencor llegaría un momento en que la vida sería imposible para ti. Concluido el combate olvida tan pronto tu victoria como tu derrota.

La Abogacía envuelve un sinnúmero de pasiones, recuerda que el rencor, el resentimiento o las rencillas no conducen a nada. Tus triunfos y fracasos deben olvidarse oportunamente, recuerda que le debes confianza, lealtad, respeto y confidencialidad a tu cliente, el secreto profesional es eterno, por tanto debes custodiar la total reserva del caso. No es correcto él continuar discutiendo sobre asuntos que ya no tienen razón de ser, la solución y la sentencia están dadas, no hay forma de cambiarlas. Acepta con humildad y olvida lo pasado.

Ama a tu profesión.

Trata de considerar la abogacía de tal manera que el día en que tu hijo te pida consejo sobre su destino, consideres un honor para ti proponerle que se haga abogado


El amor por la Abogacía, debe ser el camino que guíe tus pasos por la vida, tu trabajo es un arte, una creación que debes cuidar con mucho celo, el compromiso esta en enaltecer y respetar sus principios con tenacidad, con fe, prudencia, dedicación y sacrificio.
Cuando te llegue el momento en el que debas aconsejar y encaminar el destino de uno de tus hijos, proponle humildemente que siga tus pasos, la Abogacía no es un oficio sino una profesión hacia el servicio.

viernes, 12 de marzo de 2010

La Justicia

La imagen de la diosa Themis, simboliza la justicia que significa equidad y equilibrio (la balanza), transparencia (ciega), sabiduría (la serpiente) firmeza (la espada) y la ley.